Los trastornos relacionados con sustancias son aquellos que anteriormente se denominaban trastornos adictivos. En otras palabras, aquellos trastornos en los que se ingiere algún tipo de sustancia que puede ser legal o ilegal.

En este caso, vamos a hablar sobre el alcoholismo, un trastorno relacionado con una sustancia legal que se puede comprar en cualquier establecimiento de alimentación. Esto es, es una sustancia accesible y esto hace que tenga una gran prevalencia. 

Es un tipo de trastorno que puede tener consecuencias graves tanto en las personas que lo padecen como en sus familiares o amigos. Por eso, vamos a dedicar una entrada a hablar sobre ello.

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¿Qué es el alcoholismo? ¿Cuáles son los síntomas?

El alcoholismo, también conocido como trastorno por consumo de alcohol, es un trastorno que se tiene que producir durante al menos un año para que pueda ser diagnosticado. Además, según el DSM-5 (APA, 2013), debe ir asociado a, por lo menos, la presencia de dos de los siguientes síntomas:

  1. Se bebe alcohol durante más tiempo de lo previsto o en mayor cantidad de lo pensado inicialmente. Es decir, hay una pérdida de control.
  2. En alguna ocasión se ha intentado dejar el consumo de alcohol, pero no se ha podido.
  3. Se emplea una gran cantidad de tiempo en recuperarse de los efectos secundarios del alcohol (resaca), en beberlo o en conseguirlo.
  4. Existe un deseo irrefrenable o una necesidad de beber alcohol.
  5. El consumo de alcohol está asociado a no cumplir con las obligaciones familiares, académicas, laborales o de cualquier otro ámbito importante.
  6. Se bebe alcohol, aunque esto haya causado problemas generados o aumentados por estar en un estado de embriaguez. 
  7. Al beber alcohol se dejan de lado actividades sociales, profesionales, etc.
  8. Se consume alcohol, aunque esto pueda suponer poner en riesgo la integridad física.
  9. Se consume alcohol, aunque se sabe que ha tenido efectos negativos para la salud, tanto físicos como psicológicos.
  10. Se produce tolerancia, entendida como: tener que beber cada vez más alcohol para conseguir el efecto deseado o se nota que el efecto del alcohol va disminuyendo, aunque se consuma la misma cantidad de alcohol que otras veces.
  11. Se produce abstinencia, entendida como: hiperactividad, etc. (hablaremos de esto en los siguientes apartados) cuando se deja de consumir o cuando se consume alcohol para intentar evitar los efectos que tiene la abstinencia. 

Dependiendo de la cantidad de síntomas que se produce se pueden establecer la gravedad. Se considera leve si tan solo se producen 2 o 3 síntomas, moderado si se presentan 4 o 5 síntomas y grave si se dan 6 síntomas o más. 

¿Cuál es la prevalencia del trastorno por consumo de alcohol?

Según el DSM-5 (APA, 2013) es un trastorno común que se produce alrededor de todo el mundo. Estiman que de la población mundial el 4.6% de los adolescentes entre 12 y 17 años lo padece y que el 8.5% de las personas de más de 18 años también lo presentan.

En España, en un informe publicado por el ministerio de sanidad se puede leer quen en el año 2017, el 91.2% de la población de entre 15 y 64 había declarado haber ingerido alcohol alguna vez en la vida, situándose la edad de inicio en los 16.6 años. En este mismo estudio también se determina que el 7.4% de la población española declara haber consumido alcohol todos los días, es decir, se produce un consumo diario. 

Si hacemos alusión a los datos relacionados con las borracheras, el 16.7% de la población con edades comprendidas entre los 15 y los 34 años, comentó haber tenido dificultades para hablar o inestabilidad debido al alcohol. 

Estos datos son totalmente alarmantes y, en parte, pueden ser debidos a que el alcohol junto al tabaco son drogas legales en la mayoría de los países y son relativamente baratos. Esto hace que sean sustancias muy accesibles por personas de todas las edades. 

¿Cuáles son las causas o los factores de riesgo para tener esta problemática?

Según Belloch, Sandín y Ramos (2009) las causas no son totalmente conocidas. Aun así, hay una serie de hipótesis:

  • Consumo como manera de evitar el síndrome de abstinencia. A grandes rasgos, estos autores sostienen que el consumo, en un primer momento, se produce por curiosidad o de manera social, se va convirtiendo en algo recurrente hasta que el consumo produce tolerancia y la tolerancia, a su vez, produce abstinencia si no se ingiere alcohol. Esto hace que las personas consuman como manera de evitar los síntomas de la abstinencia.
  • Por los efectos positivos del alcohol. En este caso se tomaría alcohol por la recompensa que tiene. En otras palabras, las personas se hacen dependientes de los efectos positivos que puede tener el alcohol en un primer momento (desinhibición, etc.). 
  • Genética. Esta teoría postula que, si tenemos un familiar cercano con dependencia al alcohol, tendremos más probabilidades de tener esta dependencia. 

 

Otros trastornos relacionados con el alcohol

Según también Belloch, Sandín y Ramos (2009), los trastornos mentales inducidos por el consumo de alcohol pueden ser diversos y pueden ser divididos en dos grupos:

Agudos Crónicos
Intoxicación etílica Alteraciones cognitivas
Síndrome de abstinencia Encefalopatía de Wernicke
Delirium tremens Síndrome de Korsakoff
Amnesias parciales Demencia alcohólica
Alucinosis aguda Alteraciones de la personalidad
Alteraciones de la personalidad Disfunción sexual
Disfunción sexual  
Trastornos del sueño  

 

Vamos a explicar los más prevalentes y los que están recogidos dentro del DSM-5 (APA, 2013):

Intoxicación por alcohol

Se produce cuando ha habido una toma de alcohol reciente unida a un comportamiento que puede llegar a causar problemas o a cambios a nivel psicológico que son significativos a nivel clínico. Un ejemplo de esto último puede ser el comportamiento sexual inapropiado, agresividad, fluctuaciones del estado del ánimo, etc. Todo esto debe aparecer durante el consumo de alcohol o inmediatamente después. Además, también se debe producir al menos uno de los siguientes síntomas:

  • Habla pastosa
  • Déficit de coordinación
  • Andar de forma errática
  • Movimiento involuntario de los ojos (nistagmo)
  • Problemas de memoria o atención
  • Coma

Abstinencia de alcohol

Se produce cuando se deja de tomar alcohol después de un periodo largo habiéndolo tomado. Al menos deben aparecer dos de los siguientes síntomas para que pueda ser diagnosticado:

  • Hiperactividad (sudores, aumento de la tasa cardíaca, etc.).
  • Temblor en las extremidades, sobre todo, en las manos
  • Problemas para dormir
  • Náuseas y/o vómitos
  • Alucinaciones
  • Agitación
  • Ansiedad
  • Convulsiones

Conclusiones

El alcoholismo o el trastorno por consumo de alcohol es un trastorno muy prevalente. Además, el inicio del consumo se suele producir a edades muy tempranas. Esto, en parte, es porque es una droga barata y fácil de conseguir. Asimismo, el consumo de alcohol está normalizado por la sociedad. En otras palabras, no se ve igual de mal una persona que consume alcohol que una persona que consume cocaína o cualquier otra droga ilegal.

Si crees que está sufriendo alguno de los trastornos asociados al consumo de alcohol, te recomendamos que te pongas en contacto con un profesional de la salud mental. 

Referencias bibliográficas

  1. APA. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders Fifth Edition. DSM-5. Washington: American Psychiatric Publishing.
  2. Belloch, A., Sandín, B., y Ramos, F. (2009). Manual de Psicopatología: Volumen 1. Madrid: McGrawhill.
  3. Ministerio de Sanidad, Consumo y bienestar social. (2019). Informe 2019 sobre alcohol, tabaco y otras drogas ilegales en España. Recuperado de pnsd.sanidad.gob.es