Un abandono extremo de la higiene personal y la acumulación de objetos inservibles, y basura, son los dos síntomas que primero vienen a nuestra cabeza cuando pensamos en el síndrome de Diógenes. Sin embargo, se trata de una dolencia bastante más profunda y variopinta. Aquí te contamos de qué se trata en detalle.

 

El síndrome de Diógenes se caracteriza por una actitud de apego material que presentan ciertos individuos. A simple vista puede parecer una "manía" o una resistencia a desechar aquellos objetivos inservibles, pero de fondo hay un desequilibrio emocional que puede ser el verdadero responsable de este estilo de vida.

A veces el síndrome llega a extremos que roza la desconexión con el mundo y el diagnóstico se transforma en demencias frontotemporales u otros tipos de trastornos mentales, como lo son los diagnósticos relacionados con afecciones de la personalidad, trastornos afectivos o esquizofrenia.

Antes de realizar cualquier diagnóstico es necesario indagar en torno a las características emocionales del individuo para reconocer el conjunto de síntomas que presentan y poder diagnosticar el trastorno con precisión.

Síntomas y tipología del síndrome de Diógenes

Es importante señalar que el síndrome de Diógenes se caracteriza por presentar de forma paulatina los síntomas; es decir, éstos comienzan manifestándose como cambios sutiles en el comportamiento, pero van acrecentándose a medida que la obsesión lo hace. De hecho, en la mayoría de los casos cuando se genera el diagnóstico, la patología ya está muy avanzada.

Síntomas

Entre los síntomas más frecuentes se encuentran el abandono de la higiene personal, la alimentación y la salud, actitudes obsesivas como el amontonamiento de basura y objetos inútiles, negligencia con la propia salud, comportamiento antisocial (puede ir desde el simple desapego al aislamiento social) y falta de conciencia respecto al problema, es decir, no son capaces de entender que su estilo de vida es perjudicial para su salud.

Tipología

Existen dos denominaciones para el síndrome de Diógenes dependiendo del estadio en el que sea detectado:

El síndrome de Diógenes activo: quien lo padece sale activamente a buscar basura y objetos que no necesita para amontonarlos en su vivienda.

El síndrome de Diógenes pasivo: la acumulación se da de forma casual, como consecuencia de una falta de interés por el orden y la higiene, que deriva en una acumulación, los objetos y basura que la persona va generando invaden el espacio de quien padece el trastorno sin que él sepa frenarlo.

Cabe destacar que los primeros estudios en los que se registra este trastorno datan de los años setenta y en esa época se creía que se trataba de una dolencia propia de la vejez. Esto se debe a que la mayoría de las personas diagnosticadas con el síndrome de Diógenes tienen un promedio de 70 años.

Partiendo de esta evidencia se establecieron algunas coincidencias entre esta patología y la senilidad; no obstante, han debido descartarse, frente a nuevos casos y estudios que han demostrado que la falta de diagnóstico previo tiene que ver con la forma en la que se presenta el trastorno: donde la obsesión puede pasar inadvertida al principio y cuando el caso llega a la consulta de un especialista, el cuadro es ya bastante avanzado, y también la edad de los pacientes.

En la actualidad, aunque la información clínica que existe respecto a este trastorno es bastante vaga, se han podido establecer las características de esta sintomatología para buscar indicios que ayuden a prevenir la desconexión con la realidad y permitan arribar a soluciones antes de que los casos sean severos.

Las características a tener en cuenta a la hora de valorar un posible síndrome de Diógenes son las siguientes:

  • La persona vive en una reclusión y aislamiento social autoimpuesto.
  • Hay un abandono importante de la higiene personal y de su entorno ( la casa, la ropa y los objetos personales).
  • Viven en condiciones de absoluta austeridad llegando a rozar la pobreza extrema. Estas condiciones no vienen impuestas por circunstanciás económicas adversas, sino por pensar que carecen de recursos económicos. En algunos casos, la persona que padece este síndrome dispone de sumas importantes de dinero en su domicilio o el banco sin ser conscientes de la suma acumulada.
  • La creencia de que viven en una pobreza extrema les lleva a acumular gran cantidad de objetos que le son inservibles.
  • No son conscientes de la situación en la que viven ni de las consecuencias insalubres y peligros que genera su estilo de vida.

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Orígenes: Diógenes en la Mitología griega

Diógenes el Cínico o Diógenes de Sinope son los dos nombres que recibió el filósofo griego cuyo estilo de vida fue tomado como punto de partida por la ciencia para denominar el trastorno que estamos desarrollando aquí.

Diógenes vivió en torno al 412 a.C. y aunque se le conoce por haber dado el ejemplo y llevado un estilo de vida de la más extrema austeridad, no dejó constancia escrita de sus ideas. De hecho, su nombre pasó a la posteridad gracias a Diógenes Laercio, quien en su libro Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres, lo incluyó como uno de los referentes de la escuela cínica a la que pertenecía.

Diógenes nació en Sinope, fue hijo de un banquero que se dedicaba a fabricar monedas falsas, a quien ayudaba en su trabajo. Al ser descubiertos por la justicia, padre e hijo fueron desterrados y Diógenes, después de deambular por muchos lugares, llegó a Atenas. 

Allí se unió a la escuela de Antístenes, que era discípulo de Sócrates, y comenzó a practicar el ascetismo extremo. Vivía en una tinaja y rechazaba toda comodidad material, orientando su vida a la contemplación de la naturaleza y al pensamiento.

Su ideal era vivir siendo autosuficiente, dejando atrás toda necesidad material que le alejara de la independencia. Algunos estudiosos opinan que este ideal había surgido mucho antes y que la falsificación había sido el principio: un intento de desprestigiar el valor de las riquezas mundanas.

Ciudadano: ¿Por qué la gente da dinero a los mendigos y no a los filósofos? Diógenes: Porque piensan que, algún día, pueden llegar a ser inválidos o ciegos, pero, filósofos, jamás.
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La vida de Diógenes consistió entonces en abandonar todo lujo para conectar con la naturaleza, un ideal interesante y pulsado por una honda filosofía de vida. La lectura, sin embargo, que se ha hecho desde el campo de la ciencia a este estilo de vida ha colaborado con la ridiculización y estigmatización de la vida frugal.

No debemos confundir entonces la historia y el ideal de Diógenes con el trastorno que lleva su nombre, aunque evidentemente estén relacionados. Mientras que en el primero hay una búsqueda vital y una experiencia de vida filosófica, en el segundo caso estamos ante personas que por determinadas experiencias o condiciones etiológicas han desarrollado un trastorno obsesivo que afecta su libertad y su felicidad.

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Métodos de tratamiento para el síndrome de Diógenes

El síndrome de Diógenes es un trastorno de difícil y complejo tratamiento, puesto que no siempre se conocen sus causas. De hecho, en la Academia existen discusiones y puntos de vista contradictorios respecto al tema.

Algunos autores argumentan que este síndrome es el desenlace de trastornos de personalidad no detectados a tiempo, lo identifican como el estadio final de un trastorno de este tipo, debido a que comparte rasgos con el trastorno esquizoide o paranoide de la personalidad.

Otros, opinan que se corresponde con factores etiológicos y se enfocan en un tratamiento químico estrictamente.

En la actualidad, sin embargo, la investigación se lleva a cabo teniendo como punto de partida las disfunciones del lóbulo frontal que presentan casi todos los pacientes diagnosticados y se busca un tratamiento desde diversos enfoques.

Para poder tratar esta dolencia, por tanto, se requiere de un trabajo interdisciplinar. El tratamiento es complejo y requiere de una intervención multidisciplinaria. Esto significa que si bien los estabilizadores del estado de ánimo y los antipsicóticos pueden ayudar para tratar los problemas de raíz etiológica, también se vuelve necesaria una terapia social, para que el individuo pueda reconducir su comportamiento hacia una forma saludable de interacción y bienestar.

El objetivo del tratamiento es fomentar hábitos de autocuidado y disminuir la agresividad o la conducta antisocial del individuo. Asimismo, se intenta colaborar con el vínculo afectivo y se busca influir para mejorar la empatía respecto a las demás personas y a su entorno, lo que colabora con su percepción social y trae efectos muy positivos para avanzar.

El síndrome de Diógenes que, a simple vista, parece una patología relacionada con la pobreza es cada vez más frecuente en nuestra sociedad, por lo que es importante estar atentos para poder detectarla a tiempo en nuestro entorno más cercano y evitar así que llegue a extremos más difíciles de tratar.

Referencias

  • Síndrome de Diógenes. A propósito de un caso. Eulalia Carrato Vaz y Rosana Martínez Amorós.
  • Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres. Diógenes Laercio.
  • Características sociodemográficas de las personas con conducta acumuladora/trastorno por acumulación (S. de Diógenes) en la ciudad de Madrid.
  • Serie de casos. Emiliano Rodríguez Lozano, Carmen Ortiz Fuillerat, Gema Blasco Novaldos, Mercedes Sáez Antón, Fernando García Gutiérrez y Carmen Bermejo Pérez.