El efecto placebo es algo que conocen muchas personas y del que, prácticamente todo el mundo, hemos sido víctimas. Sin embargo, no siempre somos conscientes de qué es, qué relación tiene con la psicología y lo perjudicial que puede llegar a ser.

Por eso, en la entrada de hoy vamos a hablar sobre él.

¡Comenzamos!

¿Qué es el efecto placebo?

El efecto placebo ocurre cuando creemos que algo nos cura cuando no es así. Es decir, pensamos que una determinada sustancia o acción, que en realidad no tiene poderes curativos, nos sana. Esto hace que, a priori, sintamos que tiene propiedades terapéuticas cuando no es así. 

Sin embargo, a la larga puede ser malo porque no estaremos tomando lo que verdaderamente nos sana. 

El uso de remedios caseros, oraciones, estampas y otro tipo de pseudociencias pueden llegar a hacernos creer que nos sanan haciendo incluso que el dolor llegue a desaparecer. 

Por ejemplo, imagínate que llevas un largo periodo de estrés y ansiedad en el trabajo. Has intentado relajarte, pero no lo has conseguido. Un día una cocida te indica que pruebes unas hierbas y que estas te ayudarán a relajarte. Después de tomarlas, automáticamente empiezas a ver cómo te vas relajando y esta ansiedad va desapareciendo. Esto sin que realmente esas hierbas tuvieran efectos curativos. 

El efecto placebo se produce con todo tipo de dolencias. Sin embargo, se producen aún más en enfermedades que tienen un amplio componente psicológico como, por ejemplo, trastornos de ansiedad, enfermedades en las que hay bastante presencia de dolor, depresión, etc. 

A continuación, explicaremos por qué puede llegar a pasarnos esto. 

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¿Cómo se relaciona el efecto placebo con la psicología?

Ahora bien, es importante tener en cuenta cuáles son los mecanismos psicológicos que toman parte en el efecto placebo. Por lo general son errores de percepción o sesgos cognitivos. Estos hacen que interpretemos de manera errónea la realidad. Los que actúan en el efecto placebo son los siguientes:

  • Credibilidad. Si el remedio nos lo aporta una persona en la que confiamos, tendrá más probabilidades de que nos haga bien que si nos lo da una persona que creemos que no tiene conocimientos en la materia o que no confiamos en ella. 
  • Sesgo de confirmación o evidencia. Como ya explicamos en otro artículo (profecía autocumplida y sesgo de confirmación) ocurre cuando estamos ansiosos por confirmar nuestras creencias. Es decir, si creemos que algo nos funcionará buscaremos toda la evidencia existente para confirmar esto y no nos fijaremos en aquellas pruebas que desacreditan nuestra teoría. En el ejemplo puesto buscaremos indicadores de que nos hemos relajado y quizás no pensemos en que puede haber otras variables implicadas que también han favorecido nuestro estado de relajación. 
  • Condicionamiento. En el ejemplo anterior, si anteriormente hemos tomado unas hierbas que nos han producido un efecto deseado, tendremos más probabilidades de que esto se replique. Es decir, aprendemos que las hierbas nos curan y esto hace que cada vez que las usemos estemos condicionados a ello. 
  • Factores asociados al placebo. Si el placebo es caro o tiene pinta de estar elaborado tiene tendencia a producir mayores efectos. Por ejemplo, si las hierbas que hemos comentado anteriormente vienen en cápsulas y en una caja atractiva hay mayores probabilidades de que produzcan este efecto. 

Además, también puede haber factores hormonales asociados. 

¿El efecto es imaginario?

Se debe tener en cuenta que no es algo que sea fruto de nuestra imaginación.

En realidad esta mejora o  se produce realmente, ya que se ha comprobado que puede tener efectos sobre el estado psicológico o físico. Sin embargo, estas mejoras no son grandes y con el tiempo pueden dejar de producirse.

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¿Por qué puede ser peligroso?

Hoy en día existen muchas terapias alternativas que son fruto de las pseudociencias. Aunque, aparentemente, puedan tener buenos efectos, también puede llegar a ser peligroso. A continuación explicamos algunos de los riesgos o peligros:

  • Precio. Como hemos comentado más arriba suelen ser remedios caros. Por lo que podría llegar afectar a nuestra economía. Además, como creemos que nos funciona solemos comprar más de una "dosis".
  • Miedo a defraudar. Como estos remedios nos los suelen recomendar personas de confianza, muchas veces, tenemos miedo a defraudar si decimos que no queremos más.
  • Dejamos de recibir el tratamiento adecuado. He llegado a leer a personas que han intentado sanar enfermedades como el cáncer con una mezcla de remedios naturales. Esto hace que dejen de confiar en la ciencia y que no reciban el tratamiento adecuado a sus necesidades y que realmente es eficaz. El desenlace en estos casos puede llegar a ser terrible. 
  • Efectos adversos. Muchos de los remedios que se utilizan tienen efectos adversos asociados y que todavía no han sido del todo estudiados. Creemos que los remedios caseros o naturales no tienen efectos adversos, pero no es así. Muchos de ellos provocan alergias, intoxicaciones, etc. Por eso, es muy importante tener en cuenta esto. 
  • Las personas que venden los remedios no suelen ser expertos. Hay personas que, sin tener conocimiento alguno sobre la salud o la anatomía del cuerpo humano, se aventuran a recomendar productos para aliviar el estrés, la ansiedad, dolores, etc. Es importante tener en cuenta que solo deberíamos fiarnos de personas que tienen estudios sobre ello.

Asimismo, también puede haber otro tipo de peligros.

Conclusiones

En resumen, el efecto placebo ha sido muy estudiado por psicólogos de todo el mundo. Al fin y al cabo explica por qué algunos remedios que carecen de acción curativa pueden llegar a curarnos. 

Se ha comprobado que, gracias al condicionamiento clásico, algunos sesgos y la credibilidad de las personas que los venden pueden llegar a tener efectos positivos en las personas. Sin embargo, estos efectos positivos no son grandes y pueden conllevar algunos riesgos.

Es muy importante que tengamos en cuenta todos los factores negativos asociados a este fenómeno. Al fin y al cabo la mayoría de los efectos adversos de estos productos no se conocen y pueden llegar a ser graves. Hay personas que recomiendan ponerse un determinado aceite sobre la piel para calmar la ansiedad y este aceite, a la vez, nos puede provocar una reacción alérgica, irritación, etc.

A modo de conclusión podríamos decir que siempre hay que tener mucho cuidado con los remedios "naturales" o "caseros" que se utilizan en el día a día. Que muchas veces somos víctimas del efecto placebo y que sin darnos cuenta nos podemos provocar daños en nuestro organismo. También es importante que acudamos a las personas indicadas y con conocimientos sobre la materia.