El concepto de asertividad se encuentra relacionado con la comunicación y hace referencia al buen uso de las herramientas sociales para expresar nuestras opiniones. Saber expresarnos con franqueza y eficacia es fundamental si deseamos tener una relación saludable con nosotros mismos y con los demás, por esta razón trabajar nuestra forma en la que nos acercamos a los demás puede ser sumamente útil para mejorar en casi todos los aspectos de nuestra vida.

En este artículo te contamos de qué se trata la asertividad y de qué forma puedes llegar a los demás de forma efectiva y positiva.

Qué es la asertividad

La base de una buena comunicación es aprender a entender a los demás y comunicarnos con ellos de la forma más fluida y comprensiva posible. Teniendo en cuenta esta premisa, la asertividad surge para ofrecernos una serie de mecanismos y estrategias que nos sirvan para desarrollar una buena comunicación.

Cuando se habla de comunicación asertiva se hace referencia al buen manejo de los recursos de comunicación que una persona tiene, y que le permite desarrollar relaciones interpersonales positivas y beneficiosas. Esto implica poder reconocer los propios deseos y derechos, y saber expresarlos de forma clara y honesta tanto con los demás como con uno mismo.

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Saber poner en palabras nuestros puntos de vista y sugerencias es una buena forma de querernos y respetarnos; sin embargo, no basta con decir las cosas, hay que saber hacerlo de forma eficaz para desarrollar una comunicación saludable. Por eso, el objetivo de la asertividad es evitar la agresividad y la pasividad: los dos extremos en la comunicación que pueden corroer hasta la más hermosa de las relaciones.

El punto de partida de la comunicación asertiva es el respeto: el propio y el respeto hacia el otro. Y la forma en la que se manifiesta es a través de la gestión y el control de aquello que decimos y del modo en que lo hacemos; es decir, que la asertividad consiste en saber controlar el mensaje de modo que no resulte violento ni tampoco débil frente a los otros. Implica, entre otras cosas, no sólo dar nuestra opinión acerca de algo, sino ser capaces de pedir ayuda cuando la necesitamos; y hacerlo de forma natural, sin dejarnos arrasar por el pellizco de la culpa o el autodesprecio, que suelen intimidarnos en esas situaciones.

En definitiva, la asertividad consiste en aprender a decir las cosas en el momento y de la forma adecuada, y nos permite relacionarnos con los demás de forma equilibrada, y sin por ello renunciar a nuestras ideas o deseos. Se trata de entender que la sinceridad no implica decir las cosas de la forma en la que se nos ocurren sino de hacerlo de la mejor forma posible.

Por qué es importante tener una comunicación buena

Si partimos de la base de que la comunicación es la herramienta más potente que tenemos a nuestra disposición para desarrollarnos de forma equilibrada y construir nuestras relaciones personales, aprender a usarla de forma eficiente puede ser fundamental por muchas razones.

La comunicación asertiva, consiste en darle un uso positivo y eficaz a ciertos mecanismos de comunicación, y puede ayudarnos a relacionarnos mejor con nosotros mismos y con los demás. Con el correr del tiempo, haber desarrollado una buena comunicación puede repercutir en muchos aspectos de nuestra vida. Esto, a la vez, nos servirá para sentirnos más integrados socialmente; además, podremos experimentar una energía positiva en torno a nosotros, y esto es realmente gratificante.

A continuación te mostramos cinco ventajas innegables que nos brinda una buena comunicación, es decir, una comunicación asertiva.

Evitar la acumulación de malestar emocional.

Muchas veces evitamos decir algo que pensamos para no herir al otro o porque no queremos generar un conflicto; pero lo no dicho se acumula en nuestro interior en forma de malestar y emociones negativas. Con el paso del tiempo las cosas no dichas cada vez pesan más; y llega un punto en el que ya no podemos contenerlas a todas, y estallamos.

Las consecuencias de estas explosiones son generalmente mucho peores que las posibles consecuencias que visualizábamos en nuestra mente cuando decidimos callar antes de que todo comenzara. Saber expresarnos en el momento adecuado es vital por tanto para la salud de nuestras relaciones y para ellos puede servirnos la asertividad.

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Poner en palabras nuestro universo interior

Gracias a la asertividad, podremos, por ejemplo, expresar nuestras emociones y pensamientos negativos de forma tranquila, sin que los demás sientan que los despreciamos o que se sientan heridos. Esta forma de dibujar en palabras nuestro universo emocional nos hará sentirnos mejor con nosotros mismos, y provocará cambios positivos en la percepción que tenemos de nosotros mismos.

Gestionar el malestar emocional

Una buena comunicación puede ayudarnos a relacionarnos mejor con nuestro entorno, pero principalmente a escuchar nuestras propias emociones y a entender de dónde proviene nuestro malestar para poder describirlo y hacer lo posible por salir de él. Seguramente este es uno de los mejores beneficios de este comportamiento.

Sentirnos libres y vivir conforme a nuestras emociones

La asertividad nos permite también legitimar nuestro derecho a rebelarnos y poner límites a las presiones externas, ya sean imposiciones sociales, familiares o de cualquier otro entorno por el que nos sintamos presionados. De esta manera, al aprender a poner en palabras lo que sentimos y a darle importancia a nuestras ideas, no permitiremos que las estructuras impuestas desde fuera nos moldeen y tedremos más libertad para tomar nuestras propias decisiones y de este modo controlar más nuestra vida y nuestros objetivos.

Resolver problemas sencillos de forma eficiente

Otra cosa que cambia cuando conseguimos ser más asertivos es nuestra manera de resolver problemas de la vida cotidiana. Gracias a la asertividad tendremos una nueva forma de enfrentar nuestra rutina y todos los aspectos de nuestra vida. Esto no volverá más eficientes y prácticos a la hora de enfrentar determinadas situaciones: desarrollaremos la capacidad de encontrar alternativas razonables frente a los conflictos; antes de que la ira, el enfado o la frustración se hagan con el control de la situación.

Hábitos y estrategias para mejorar la comunicación

Como ya te habrás dado cuenta, la buena comunicación es una actitud que debe aprenderse y entrenarse. A continuación te proponemos algunas estrategias que puedes llevar a cabo en tu vida para mejorar tu comunicación y conseguir una mayor asertividad.

Saber decir "NO"

El secreto de la asertividad está en reconocer nuestro deseo y ser capaces de ponerlo en palabras de forma efectiva. No se trata de decir lo primero que se nos viene a la cabeza, tampoco de asumir siempre positivamente los deseos de los demás, sino de encontrar la forma de ser pacientes y comprensivos con los otros, sin por ello renunciar a nuestra libertad de expresión.

Saber decir “No” es fundamental para desarrollar una comunicación asertiva; no obstante, es importante aprender a hacerlo de la mejor forma posible. Es decir, no basta con saber decir que no, debemos saber cómo decirlo.

Aprender a escuchar

Una de las habilidades importantes para comunicarnos mejor es la empatía. Aprender a escuchar lo que los demás tienen para decir acerca de sus propias ideas y sentimientos, puede ser un punto de partida fundamental para ser asertivos. Si aprendemos a escuchar a los demás, poniéndonos en su lugar e intentando entender sus puntos de vista, estaremos en disposición de comunicar nuestras propias emociones y llegar a ellos de forma eficiente.

Eliminar los prejuicios

Evitar los juicios de valor en torno a alguien antes de conocerlo puede ser de gran ayuda para ser más asertivos. La mejor forma de conocer a los demás es conociéndolos, ¡así de sencillo! Por tanto, evitar todo juicio que pueda anteponerse entre nuestra percepción real y el mundo de los otros puede ser de gran ayuda para conseguir una relación y una comunicación efectiva y productiva.

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Partir de la idea de que nadie es vidente

La mayoría de los errores en nuestra comunicación tienen como elemento común el asumir que los demás saben lo que nos ocurre. Es un grave error. No podemos pretender que nuestros amigos, familiares o pareja sepan cómo nos sentimos si no lo hemos puesto en palabras. Así que una buena forma de practicar la asertividad es hablando, comunicándonos, mostrándonos frente a ellos tal cual somos.

De lo contrario, asumiremos su comportamiento como negativo; nos ofenderemos o entristeceremos por sentir que no nos prestan atención o no hacen algo que esperábamos que hicieran, y el resultado será una terrible cadena de malentendidos que terminará mal. ¿No vale la pena, por tanto, procurar exprimir el diálogo al máximo antes de llegar a esta situación?

Aprender a responsabilizarse de los sentimientos propios

Este es uno de los objetivos fundamentales de la asertividad: aprender a escuchar nuestras propias emociones y a responsabilizarnos de ellas. De este modo, cuando las compartamos con los otros lo haremos de forma eficiente; pudiendo ser nosotros mismos sin restarle importancia a lo que sentimos o pensamos y sin que la reacción que nuestros sentimientos provoquen en el otro nos haga cambiar de parecer respecto a lo que realmente pensamos o sentimos. Este es uno de los puntos fundamentales de la comunicación asertiva.

Aprender a comunicarse respetando las necesidades del otro

Pero no es tan fácil como parece. No siempre decir lo que pensamos tal cual es adecuado. Si sabemos que nuestros sentimientos pueden herir el ánimo de alguien a quien queremos, debemos buscar la forma de que el impacto sea lo menos grave posible. Entender las necesidades del otro y establecer con él una comunicación comprensiva, puede ser una maravillosa forma de poner en práctica la asertividad.

Conclusión

En definitiva, la asertividad es un comportamiento que puede servirnos en todos los planos de nuestra vida y nuestras relaciones, y como todo comportamiento se puede aprender y entrenar.

A medida que somos más consciente de qué decimos y cómo lo decimos, también seremos conscientes de las repercusiones positivas que ésto tiene en nuestras relaciones interpersonales.

Al mismo tiempo, el desarrollo de la asertividad nos permite mejorar nuestros niveles de autoestima; lo que deviene en una mayor confianza en nosotros mismos que a su vez desemboca en una vida emocional más saludable y feliz.

Al igual que ocurre con casi todo en la vida, la asertividad es una actitud que cuanto más se practica mejores resultados brinda. ¿Te animas a probarla?