En algunas ocasiones hemos hablado de los sesgos cognitivos. Sin embargo, nunca le hemos dedicado una entrada completa a hablar sobre ellos. Por eso, en la entrada de hoy vamos a hablar sobre qué son los sesgos cognitivos y cuáles son los más comunes.

¡Empezamos!

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¿Qué son los sesgos cognitivos?

Los sesgos cognitivos son un fenómeno muy estudiado en psicología social. Intentan explicar por qué interpretamos de manera errónea la realidad. En otras palabras, son aquellos errores o fallos que cometemos a la hora de interpretar la realidad. Estos sesgos, a su vez, influyen en cómo actuamos o en las decisiones que tomamos.

Cuando vemos o vivimos un determinado suceso lo que solemos hacer es pensar y juzgar lo que ocurre. Muchas veces los juicios que emitimos sobre estos acontecimientos se ven influenciados por estos sesgos o errores de pensamiento. 

Los sesgos cognitivos más comunes

A continuación, vamos a explicar cuáles son los más comunes. Son sesgos que cometemos muchas personas:

Sobre generalización

Se produce, sobre todo, cuando utilizamos palabras del siguiente estilo: siempre, nunca, todos, nadie, ninguno, etc.

Ocurre cuando extraemos una conclusión general a partir de un simple incidente. En otras palabras, es un pensamiento dicotómico: todo o nada. Sin darnos cuenta de que no siempre es todo o nada, hay término medio. 

Magnificación

En este caso, las palabras que se suelen usar son: las cosas son insoportables, es un desastre, qué horrible si no pasa lo que yo quiero que pase.

Es cuando exageramos las cosas y está relacionado con el pensamiento catastrófico. Es decir, cuando creemos que ocurrirá algo tan terrible que no podremos soportarlo. En consecuencia, una situación difícil se convierte en algo horrible, terrible e intolerable generando mucha ansiedad e incertidumbre.

Minimización de lo positivo

Se produce, por ejemplo, cuando minimizamos los logros que tenemos. Por ejemplo cuando decimos cosas del siguiente estilo: "he aprobado el examen porque era fácil" o "me han llamado de la entrevista de trabajo, pero seguro que ha llamado a todo el mundo".

En definitiva, se produce cuando pensamos que las cosas que logramos no tienen importancia o cuando no vemos que lo que hemos hecho tiene mérito  y le quitamos importancia.  

Personalización

Ocurre cuando creemos que todo lo que hacen las demás personas está relacionado con nosotros. Por ejemplo, cuando pensamos: "seguro que están hablando de mí", "seguro que no ha venido porque sabía que estaba yo", "él siempre tiene mejores ideas que las mías", etc.

Lectura del pensamiento

Cuando creemos que sabemos lo que está pensando o sintiendo otra persona. Además, creemos que tenemos certeza de ello cuando, en realidad, es probable que no tengamos ni idea de lo que se les pasa por la cabeza.

Unos ejemplos de este sesgo serían el pensar: "sé por qué lo ha hecho", "lo ha hecho para fastidiar", "seguro que no me tiene en cuenta", etc. 

Falacia del adivino

Se produce cuando intentamos predecir el futuro. También está muy relacionado con el pensamiento catastrofista, ya que en la mayoría de las ocasiones lo que haremos será intentar imaginar cómo se podrían torcer las cosas y las desgracias que podrían ocurrir.

Por ejemplo: "me van a despedir", "no voy a conseguir nunca tener un trabajo", "y si....".

Culpabilizar

Ocurre cuando tenemos tendencia a culpar a alguien o a uno mismo por todo lo que sucede. Pensar que somos los causantes de la mayoría de nuestros problemas. Esto nos impide ver que hay veces que hay factores externos a nosotros. 

Tener razón

Se produce en las personas que siempre creen que tienen la razón sin cuestionarse ni siquiera que podrían estar equivocadas. Esto hace que nos pongamos siempre a la defensiva, que no escuchemos a las otras personas, etc. 

Razonamiento emocional

Ocurre cuando determinamos nuestro estado por los sentimientos del momento. Por ejemplo, si me siento triste pensar que mi vida es un total desastre y que nunca va a cambiar, 

Orientación al arrepentimiento

Pensar en que podríamos haber hecho determinadas cosas del pasado de otra manera y anclarnos en ello. Por ejemplo, estaría relacionado con pensar: "si hubiera hecho más prácticas de coche, habría aprobado el carnet a la primera".

En otras palabras, es cuando nos centramos en qué podríamos haber hecho diferente en el pasado, en vez de en pensar cómo podemos mejorar en el presente.  

Sesgo de la retrospectiva

Este sesgo también es conocido como: “ya lo sabía yo”. Es cuando, después de leer algo, creemos que es muy fácil. En otras palabras, el resultado parece de sentido común si ya se sabía previamente el resultado.

Hay que tener mucho cuidado con este sesgo puede provocar arrogancia (sobreestimamos nuestras capacidades). Asimismo, como las respuestas son “obvias” se castiga a los que no han tomado las elecciones correctas, mientras que no se alaba a los que si eligieron correctamente la respuesta.

También hay que tener en cuenta que, a veces, nos culpamos a nosotros mismos  de un error estúpido, y no nos damos cuenta de que lo que ahora parece evidente, antes no lo era (somos duros con nosotros mismos). 

Sesgo en beneficio propio

Cuando procesamos información que es importante para nuestra persona, le quitamos importancia a los fracasos

El sesgo en beneficio propio también ocurre cuando nos comparamos con los demás. En las dimensiones más subjetivas y socialmente deseables, la mayoría de la gente se considera mejor que la persona media, se consideran más éticos, competentes, amables, inteligentes, con menos sesgos... 

Sesgo de confirmación y profecía de autocumplimiento

Ocurre cuando estamos ansiosos por confirmar nuestras creencias, pero no para desacreditarlas, esto se denomina: sesgo de confirmación.

Hablamos ampliamente sobre ello en el artículo: ¿Cómo nos afecta la profecía de autocumplimiento?

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Conclusiones

Los sesgos cognitivos son un fenómeno que nos hace interpretar de manera errónea la realidad. Es importante tener en cuenta que puede ser algo que nos afecte a todas las personas. Por ello, es importante tener en cuenta cuáles son los más comunes para poder identificarlos y ponerles fin.

Si crees que es algo que te pasa con frecuencia, te recomendamos que te pongas en contacto con un profesional de la salud mental. También es importante resaltar que estos sesgos están presentes en muchos trastornos como, por ejemplo, los trastornos de ansiedad