Aunque normalmente no tratamos temas relacionados con la psicología de la educación, hoy vamos a hablar sobre el apego. Trataremos este tema porque me parece algo fundamental que se produce en la infancia y que marcará el cómo seremos de mayores.

Por ello, en la entrada de hoy vamos a explicar qué es el apego y cuáles son los tipos de apego más comunes.

¿Qué es el apego?

El apego, podríamos decir que, es un vínculo que se genera entre dos personas. Este vínculo va evolucionando a lo largo del tiempo mediante las relaciones e interacciones que tienen estas dos personas. 

En este caso, vamos a hablar sobre el apego que se produce en la infancia entre los niños y sus cuidadores o progenitores. Relacionado con esto me gustaría destacar un dato: los estudios revelan que los diferentes patrones de apego niño-progenitor se asocian con diferentes respuestas fisiológicas, modos de ver el mundo y patrones de relación interpersonal.

En otras palabras, dependiendo del tipo de apego que tengan los niños y niñas con sus padres, verán el mundo de un modo u otro o incluso tendrán un tipo de relaciones u otras con otras personas. 

Los principales tipos de apego

A continuación, los vamos a explicar uno a uno:

Apego Seguro

Son personas más felices y resulta gratificante cuidarles. Este tipo de personas recuerdan el pasado con facilidad y lo exploran con diálogo cooperativo y reflexivo. Recuerdos positivos y objetivos. Pueden hablar de lo malo, negativo o penoso con pocos mecanismos defensivos. Imágenes frescas e integradas. Además, realizan el duelo del dolor pero con resolución. Asimismo, muestran una actitud cooperativa con las personas que los educan.

Suelen ser personas que han crecido en ambientes familiares positivos, estables y continentes. 

La empatía es hija del apego seguro. La empatía nace si el progenitor ha tenido empatía con el menor. 

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Apego inseguro/evitativo

Mantiene las distancias y es propenso a tiranizar a otros niños. No buscan apoyo, empatía o cariño en las relaciones interpersonales. Asimismo, muestran baja reacción a las pérdidas. Autosuficiencia precaria o autosuficiencia rígida. Dan poca información sobre su historia personal.

Dan detalles de situaciones difíciles sin entrar en contacto con las emociones. También minimizan el significado de las relaciones íntimas.

En relación con las figuras de apego; idealizan, deprecian o las devalan. En cuanto a la comunicación, lo importante lo relatan con poca fluidez y claras omisiones de discurso. Se debe a la existencia de un progenitor con actitud crítica y sin empatía de cada a la respuesta sensible del niño en relación con amor, apoyo o atención.

Espera ser desairado, rechazado cuando busca consuelo o protección. Por lo tanto se arregla solo en la infancia. Los casos más extremos son consecuencias de rechazos repetidos.

Apego ambivalente/preocupado

Tiene un apego muy activado, con excesiva dependencia y adhesión, o tiene una separación marcada. Protestan al ser ignorados o abandonados y cuando se ven solos. Presentan duelos prolongados de lenta resolución. Se muestran muy preocupados con las relaciones de su pasado, con su autoestima no resulta y con duelos sin resolver. Inmersos entre la rebelión y la dependencia.

El discurso es trabajosos y difícil de seguir. Estas personas dudan de si el progenitor será accesible o sensible o si ayudará cuando lo necesite. Se caracteriza también por interrupción del apego brusco, frecuentes amenazas de abandono. Asimismo, la madre o el padre suelen ser débiles para dar afecto, de manera consistente. También entrarían en este grupo las madres/padres que desalientan la autonomía y la independencia.

Apego desorganizado

Narrativa con importantes contradicciones y fragmentada. Episodios traumáticos de particular severidad. Episodios de muerte prematura en los progenitores o progenitores con duelos infantiles muy mal superados. También se incluyen en este grupo personas con vivencias de abusos sexuales, físicos o violencia familiar y progenitores con enfermedades psicológicas graves. 

¿Cuál es el mejor tipo de apego? ¿Cómo se puede fomentar?

Como hemos podido ver, el apego más sano es el apego seguro. Hay diferentes maneras de estimular o generar un apego seguro entre los progenitores y los niños. Algunas de las recomendaciones más importantes son: 
  • Sensibilidad. Responder de forma rápida y apropiada a las señales  y peticiones del niño.
  • Actitud positiva. Expresar una emoción positiva y afecto hacia el niño.
  • Sincronía. Estructurar interacciones recíprocas y nuevas con el niño.
  • Mutualidad. Estructurar interacciones en las que los progenitores y el niño atienden a lo mismo.
  • Apoyo. Atender estrechamente y proporcionar apoyo emocional a las actividades del niño. 
  • Estimulación. Dirigir frecuentemente acciones hacia el niño.

Conclusiones

Para tener una buena empatía en la edad adulta, es recomendable generar un tipo de apego sano en la infancia. Por eso, es de vital importancia intentar generar un apego seguro entre los niños y los padres.

Si tienes cualquier duda, puedes dejarme un comentario y te responderé con la mayor brevedad posible.

¡Hasta la semana que viene!