QUÉ ES LA ESQUIZOFRENIA INFANTIL

     La esquizofrenia de inicio en la infancia es una enfermedad mental crónica muy grave, y poco frecuente, que se diagnostica en niños menores de 13 años.
 
Se trata de un trastorno psicótico que afecta la percepción, el pensamiento, el afecto y la conducta del niño, deteriorando su funcionamiento familiar, escolar y social.
 
Este tipo de trastorno, dentro del espectro de la esquizofrenia (1), presenta dos categorías de síntomas:
  • Síntomas positivos: puede aparecer alucinaciones, delirios, discurso desorganizado, conducta motora anormal (movimientos extraños y repetitivos, catatonia). Son síntomas positivos porque son comportamientos adicionales que no se ven en personas sanas. 
  • Síntomas negativos: puede manifestarse aplanamiento afectivo, enlentecimiento motor, retraimiento social, ausencia o disminución del lenguaje.

Los niños con esquizofrenia pueden empezar a mostrar los primeros cambios de comportamiento de forma lenta, en el tiempo, o de forma repentina. Pueden volverse poco a poco más retraídos o miedosos, empezar a hablar sobre ideas extrañas, realizar conductas repetitivas o, lo que puede ser más perturbador, empezar a manifestar alucinaciones visuales o auditivas, siendo éstas últimas más frecuentes.

A veces los padres pueden confundir las alucinaciones con tener "amigos imaginarios" o el retraimiento social con timidez, por lo que hay que valorar el conjunto de síntomas para realizar un buen diagnóstico.

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CAUSAS DE LA ESQUIZOFRENIA INFANTIL

     Debido a que muy pocos estudios se han centrado en la esquizofrenia infantil, no se conoce con precisión cuál es la etiología del trastorno, pero se cree que las causas son variadas, donde existen factores de riesgo que predisponen a ello. Estos factores de riesgo son:
  • Factores Familiares: factores como el abandono y/o el maltrato infantil se asocian con el desarrollo de síntomas positivos y negativos.
  • Complicaciones Prenatales y Obstétricos: estudios ha demostrado que la exposición prenatal a procesos infecciosos, como por ejemplo el virus de la rubeola, pueden aumentar el riesgo de padecer esquizofrenia. Así mismo, también hay evidencia de que complicaciones durante el parto, como la hipoxia, puede ser un factor.
  • Aspectos Genéticos: los estudios evidencian que hay un componente hereditable muy significativo donde múltiples genes y mutaciones genéticas están presentes en la etiología de este trastorno. Además, hay evidencia de que tener antecedentes familiares con enfermedades mentales graves pueden aumentar la probabilidad de que sus descendientes desarrollen esquizofrenia infantil. Por otro lado, la edad del padre progenitor se ha identificado como un factor de riesgo (en concreto, ser mayor de 30 años, en el momento de la concepción, aumenta el riesgo de que su descendencia padezca esquizofrenia y cuanto mayor sea el progenitor, mayor será el riesgo).
  • Factores del Neurodesarrollo: Hay estudios que relacionan la presentación de este trastorno durante la infancia con ventrículos cerebrales agrandados en el niño, así como un volumen cerebral más pequeño debido a pérdida de materia gris; disfunción del lóbulo frontal del cerebro (que indica un déficit en el funcionamiento ejecutivo, como la memoria, el razonamiento, la resolución de problemas y la planificación) y disfunción del lóbulo temporal del cerebro (que puede estar relacionado con la aparición de síntomas positivos).

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

     La esquizofrenia infantil es muy difícil de diagnosticar, en etapas tempranas, debido a que los síntomas se pueden confundir con otro tipo de trastornos. Por ejemplo, si el niño manifiesta síntomas negativos como retraimiento social o disminución del lenguaje se puede confundir con una patología relacionada con el estado de ánimo. Si, por el contrario, el niño empieza manifestar síntomas positivos, como alucinaciones auditivas, los padres pueden confundirlo con tener amigos imaginarios.

Uno de los casos más frecuentes, es que, inicialmente, el niño sea diagnosticado con trastorno del espectro autista ya que suelen manifestar poca afectividad, conductas o gestos repetitivos y extraños, poca interacción con los demás, discurso desorganizado, etc. Síntomas que puede llegar a confundirse. No obstante, en el TEA no se presentan alucinaciones ni delirios.

Otros trastornos con lo que se debe realizar un diagnóstico diferencial son: el trastorno bipolar y el TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad).

El trastorno bipolar puede presentar síntomas psicóticos como delirio o alucinaciones pero, al contrario que en la esquizofrenia infantil, sólo ocurren durante el episodio de depresión o de manía; además los delirios son congruentes con su estado de ánimo cosa que en la esquizofrenia infantil no tiene por qué.

En cuanto al TDAH, el déficit atencional que muestra un niño con esquizofrenia infantil puede confundirse con él, No obstante, se debe descartar si no presenta episodios psicóticos.
 
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TRATAMIENTO PARA LA ESQUIZOFRENIA INFANTIL 

      El diagnóstico precoz es el mejor predictor para un tratamiento eficaz. Los padres deben buscar ayuda cualificada cuando empiecen a notar que sus hijos muestran conductas, creencias o comportamiento extraños y no sepan por qué. Cuando noten que no se relacionan con los demás, de forma acorde con su edad, o no muestran emociones o sentimientos adecuados a las circunstancias.
 
Tan pronto se llegue a un diagnóstico acertado, más posibilidades habrá de que se adhiera a la terapia o tratamiento y, por ende, se equilibre el trastorno.
 
¿Qué tratamientos hay para la esquizofrenia infantil? La esquizofrenia no tiene cura, pero sí un Tratamiento Multimodal que incluye:
  • Tratamiento Farmacológico: a través de los fármacos antipsicóticos se puede controlar los episodios de alucinaciones, delirios, paranoia, pensamientos intrusivos o creencias extrañas del niño. Los medicamentos actuales son casi los mismos que para los adultos y, al igual que éstos, también tienen efectos secundarios, por lo que el profesional debe informar a los padres para que éstos observen cualquier posible contraindicación. Es muy importante para trabajar con el niño, a nivel psicoterapéutico, que se siga estrictamente las prescripciones del facultativo que tendrá que ir ajustando dosis y tipo a lo largo del tiempo.
  • Psicoterapia Individual: a través de las llamadas "Talk Therapy", como puede ser la terapia cognitivo-conductual (2) se le ayudará a comprender qué es la esquizofrenia, identificar los síntomas y cómo manejarlos; comprender la importancia de cumplir con el tratamiento, verbalizar miedos, dudas, enfados o cualquier sentimiento relacionado con el estigma de la enfermedad; desarrollar habilidades de afrontamiento ante los retos de la vida diaria, aprender nuevas formas de relacionarse con familia, amigos, profesores... 
  • Terapia Familiar: ayudar a los padres y familiares cercanos a conocer la enfermedad comprender la importancia de la adherencia al tratamiento, enseñar estrategias y habilidades para el manejo de los síntomas, proveer de herramientas para enfrentarse al futuro, etc.
  • Grupos de Apoyo:  tanto para pacientes como para familiares. Será el lugar donde compartir experiencias y consejos, resolver dudas del día a día, recomendar recursos o, simplemente, como lugar de desahogo.
  • Estrategias Educativas Específicas: estos niños suelen mostrar retrasos en las adquisiciones educativas propias de su etapa madurativa debido a las perturbaciones que los síntomas ejercen sobre ellos. Por tanto, es necesario establecer estrategias específicas de refuerzo educativo en áreas como el lenguaje, la psicomotricidad, la sociabilización, el razonamiento, etc.
 

(1) DSM-5. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.
(2) Guia NICE Psychosis and Schizophrenia in Children and Young People: Recognition and Management.(The National Institute for Health and Care Excellence)